Se acabó. Después de casi 20 años, Silvio Berlusconi ha dejado hoy de ser parlamentario. En una jornada histórica el Senado ha aprobado esta tarde por amplia mayoría la expulsión del Parlamento del tres veces ex primer ministro.
Todo, en cumplimiento de una ley aprobada por el Ejecutivo de Mario Monti el año paasdo (con el apoyo, por cierto, también del partido de Il Cavaliere) y que contempla que ni en la Cámara de los Diputados ni en el Senado se pueda sentar nadie que haya sido condenado con sentencia firme e inapelable a más de dos años de cárcel. Y a Berlusconi le cayeron en agosto pasado por un delito de fraude fiscal cuatro años de prisión (que, gracias a un indulto y a que tiene más de 70 años se le han quedado reducidos a unaño de sericios sociales).
La expulsión de Berlusconi del Parlamento supone que no podrá volver a ocupar un escaño en el Senado en la Cámara de los Diputados ni podrá ser candidato electoral hasta que trascurran seis años, es decir, hasta que cumpla los 83 años. Aunque Il Cavaliere, famoso por no rendirse nunca, ha dejado claro que su inhabilitación como parlamentario no significa el fin de su carrera política. Seguirá siendo el líder del centroderecha italiano, según ha dejado claro en el mitin que poco minutos antes de la votación del Senado ha ofrecido a las puertas de su residencia en Roma, Palacio Grazioli, ante miles de sus seguidores.
"Hoy es un día de luto para la democracia de este país", ha dicho. "Hoy la izquierda brinda porque han conseguido llevar a su enemigo ante un peloton de fusilamiento. Llevaban 20 años esperando este momento y están eufóricos", añadía Il Cavaliere. "Pero nos volveremos a ver. Estamos aquí, y aquí seguiré. El líder del centroderecha ya no es parlamentario, pero seguirá siendo líder del centroderecha. Hay líderes de otros partidos que no son parlamentarios, como por ejemplo Matteo Renzi (del Partido Demócrata, de centro izquierda) o como Beppe Grillo (líder del movimiento anticasta Cinco Estrellas)".
El último mitin de Berlusconi como parlamentario ha durado poco más de media hora y ha tenido claros tintes electorales, hasta el punto de pedir directamente el voto a su partido en las próximas elecciones. Y, por supuesto, ha incluido también los habituales exabruptos contra los jueces "de izquierda radical", a los que ha acusado de ser de haber apoyado a las Brigadas Rojas y de haber orquestado una campaña a través de procesos falsos para eliminarle de la vida política. "Silvio, Silvio, Silvio", clamaban los miles de asistentes a la manifestación.
Pero lo que más preocupa al tres veces ex primer ministro italiano es que su salida del Parlamento le deja sin la inmunidad judicial de la que gozaba en calidad de senador, y que prevé que para que un juex pueda mandar al ocupante de un escaño a la cárcel antes debe de aprobarlo el pleno del Parlamento. Y los miembros de 'la casta , como ya se ha visto en otras ocasiones, tienden a protegerse entre ellos y a negar a los magistrados la posibilidad de meter entre rejos a uno de los suyos.
Pero, a partir de hoy, Berlusconi si que puede ir a la cárcel si la Justicia así lo decide. Tiene dos procesos pendientes: el juicio por prostitución de menores conocido como el el caso Ruby (en el que en primera instancia ya ha sido condenado a siete años) y otro proceso por haber comprado presuntamente a un senador para que cambiara de chaqueta e hiciera caer al Ejecutivo de su odiado enemigo Romano Prodi. Además, todo indica que va a ser acusado de tratar de contaminar las pruebas que pesaban contra él en el caso Ruby, pagando a 32 testigos (la mayoría asistentes a sus bunga-bungas) para que prestarán falso testimonio en ese proceso. Y sin inmunidad, cualquier juez podría pedir el ingreso en prisión de Il Cavaliere.
Edición 137