Esta semana fue muy dichosa para nuestra región. Tuvimos la oportunidad de ver el brillo en los ojos de más de 300 personas soñadoras y emprendedoras, que resultaron beneficiadas con uno de los programas de reactivación económica más potentes que se han implementado en la historia del Gobierno Regional de Los Ríos. Un programa con una inversión cercana a los $3.000 millones, con equidad territorial para las doce comunas de la región y un énfasis especial en los sectores más vulnerables de la costa regional, en las comunas de Valdivia, Corral, Mariquina y La Unión.
En medio de un ambiente extraño que se está viviendo a nivel nacional, que especialmente ha puesto en entredicho la gestión de los Gobiernos Regionales de Chile, creemos que es una buena oportunidad para visibilizar las buenas políticas públicas, aquellas que se han logrado gracias al proceso de descentralización del país, gracias a la flexibilidad presupuestaria, que nos ha permitido innovar y levantar programas que atiendan oportunamente las reales necesidades de nuestra gente, en alianza transversal con nuestros municipios, con cuotas comunales; y en este caso, llegar con un beneficio tangible a las personas, especialmente en momentos difíciles posterior a la pandemia del COVID-19, donde la inflación también ha dejado estragos en familias, emprendimientos y empresas de larga trayectoria.
Este programa, que fue respaldado por la unanimidad de nuestro Consejo Regional tuvo una demanda ampliamente alta, lo que nos ha revelado que existe una carencia importante en este sector económico de la región. Los recursos de este programa sólo nos permitieron atender poco más del 12% de la demanda total, que alcanzó más de 2.000 postulaciones en toda la región, por lo que como Consejo Regional tomamos la determinación de suplementar recursos, $1.800 millones adicionales, para poder atender en parte, la lista de espera de cientos de personas que también postularon a este inédito programa.
Nuestra preocupación ha sido permanente, desde el día uno de la pandemia, por ello es que hemos implementado una serie de programas en esa línea, con el objeto de apoyar, de sostener y de impulsar las diversas actividades económicas de nuestra región, a través de programas en alianza con diversos servicios, INDAP, INDESPA, INIA, FOSIS y otras instituciones privadas, como las universidades de la Frontera y en este caso, el Centro de Estudios Regionales de la Universidad Austral de Chile, ambas de larga y fecunda experiencia en el ámbito del fomento, para atender así en la oportunidad y calidad, el fortalecimiento de la agricultura familiar campesina, la consolidación de cientos de ferias costumbristas y mercados campesinos, economías creativas, la reactivación de la pesca artesanal, el apoyo a emprendedores de adultos mayores, en situación de discapacidad, mujeres y rutas turísticas como la Ruta Lakenche y la Ruta Panguipulli – Riñihue.
Los Gobiernos Regionales todavía tenemos poca musculatura institucional, pero no cabe duda que tenemos la fuerza suficiente para avanzar en mayor descentralización, con mayor poder de decisión, con instrumentos que nos permitan atender de manera mucho más fiel y representativa las necesidades de nuestra gente, aprovechando las vocaciones productivas de los propios territorios. Esta nueva forma de hacer las cosas nos ha dejado lecciones importantes, donde tenemos, debemos y podemos siempre mejorar, porque nuestra ciudadanía nos demanda, porque el país lo requiere y porque por convicción queremos hacerlo. Tener mejores condiciones de bienestar económico y social, en definitiva, una economía sostenible y una vida digna.