Para comenzar, la deuda histórica de los profesores nació por el incumplimiento de su pago que establecía el decreto ley N°3.551 de 1981 que contemplaba un aumento del sueldo base del sector público e introducía una asignación especial no imponible para los docentes dependientes del Ministerio de Educación en Chile.
Estamos a mediados de 2024 y esa deuda del Estado aún no se paga. Los profesores van, año a año, falleciendo sin haber percibido la justa compensación que les correspondía. Ha habido declaraciones y compromisos de los políticos, acuerdos del congreso, demandas a organismos internacionales, no obstante, hasta hoy, aun no se envía un proyecto de ley reparatorio para los profesores o sus descendientes. El gobierno actual lo comprometió en su programa, pero aún no cumple y las fechas se han postergado varias veces. El profesorado este escéptico, ya que políticos de todos los sectores no han cumplido lo prometido.
Asimismo, desde hace más de 50 años sucesivos, gobiernos municipales de Valdivia han prometido y ofrecido a los más de 200 locatarios de ferias libres un lugar techado, y con infraestructura de seguridad y sanitaria y aún no se ha materializado. Estos comerciantes deben, por horas, sufrir el frio en el invierno y el sol y calor en verano y, semana tras semana, una itinerancia que parece no tener fin. La feria libre hoy se coloca a la intemperie, 6 días a la semana, en distintos lugares de la ciudad: Barrios Bajos, Menzel, Bernardo O’Higgins, San Luis, Isla Teja y Simpson.
En cuanto a la problemática de la feria techada, durante la alcaldía de Gonzalo Espinoza y, posteriormente, de Bernardo Berger hubo dos intentos serios por solucionar dicho problema. En el primer proyecto el lugar escogido era avenida Francia con Schneider. En esa época no existían fondos ministeriales por lo que se realizó una licitación por permuta y comenzar la construcción de la feria en terrenos aledaños. No hubo oferentes y, posteriormente, esos terrenos fueron traspasados a la Fundación Teletón.
El segundo proyecto fue durante el gobierno municipal de Bernardo Berger. Existían los recursos, pero dentro de las autoridades de la época surgieron voces que el proyecto no era compatible con el futuro parque urbano. Además, dentro de los propios feriantes algunos optaban por un lugar físico estable y otros por mantener la itinerancia. Este segundo proyecto también se frustró. Conviene destacar, que hoy existen ferias techadas en Osorno, Temuco, Paillaco y La Unión.
Por último, en octubre próximo habrá nuevas autoridades comunales y regionales. Para solucionar, de una vez, el tema de la feria techada, para ello debe haber un compromiso solemne y por escrito, con fechas ciertas, entre el Sindicato de Feriantes, Municipalidad, Gobierno Regional y Ministerio de Vivienda de formular un proyecto que pase las etapas de factibilidad y asegurar los recursos. Pero, por, sobre todo, debe haber voluntad política y cívica de poner término a esta trascendental problemática. Esta es la única forma de saber (y poder señalar) a la o las autoridades que no cumplen su compromiso.
De no existir este acuerdo y compromiso se seguirán haciendo promesas engañosas y a sabiendas que no se cumplirán. Al Igual que la deuda histórica de los profesores.
MARIO ROMERO OLIVERA